sábado, 27 de marzo de 2010
Relato de un maestro...
Este día casi no falto ningún niño, por lo que tuve el salón lleno, pero esto, en vez de intimidarme, me hizo imaginar que el salón de clases es como un pequeño teatro, y que hay que mantener interesados a los espectadores.
Comencé el día tomando asistencia y paseándome entre los mesabancos, pues con el movimiento constante los niños se quedan como que mas interesados en lo que hace el maestro.
Después les enseñé un libro de cuentos el cual seria útil para este pequeño teatro, la clase trataba de cómo resolver problemas, como cuando una persona confunde una cosa con otra y la gente se enoja, o cuando se pierde dinero de la mochila del alguien, cosas así.
Pasaban niños a actuarnos un problema que yo les decía, y el grupo proponía maneras de resolverlos.
Evidentemente, no faltaban las burlas y las soluciones violentas e irreales, pero al tercer ejemplo, la situación se volvió muy interesante y critica, y los niños buscaban la mejor solución posible, la cual en todos los casos era sumamente justa, no violenta y honesta. Esta clase era más sobre valores que sobre español.
Mis alumnos estaban muy interesados en la clase, con un orden magnifico hacían sus aportaciones y como los problemas que tratamos son situaciones que les pudo haber sucedido o que les son comunes, se sensibilizaron y se esforzaron bastante bien. Quede muy contento con esta clase pues el interés era total y la atención no estaba dispersa, había una homogénea actitud de orden y colaboración.
Hubo un momento donde un niño dijo " a los enemigos que tengo les pego ", y después de que algunos intercambiasen opiniones les dije " ¿Saben cuál es la única manera de acabar con sus enemigos?" , al decir esto, TODOS se quedaron congelados, callados, esperando la respuesta.
"La única manera de poder acabar con sus enemigos es convirtiéndolos en sus amigos"
Ante estas palabras, mire con mucho placer sonrisas de aprobación y un brillo en los ojos del tipo de brillos que los ojos muestran cuando se ha tenido una revelación.
A pesar de que fui bastante permisivo, el día de hoy no hubo discordias, pues debido a la clase de resolución de problemas los mismos niños sabían que hacer, yo solo les preguntaba "¿Que pueden hacer si alguno de ustedes le dice una grosería a alguien, le pega a alguien, molesta a alguien?" y entre los mismos niños del conflicto se daban disculpas y se superaba el problema...
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