SoyMario...

Hola soy un inkilino Bloggero de Mafia y me llamo Mario :P desd hoy me dedikare a eskribir entradas de ves en ves, siempre i kuando tenga alguna experiencia k se pueda expresar kon letras o kon imagenes, :)

Me despido d ustedes kon mi primera entrada, la primera de diez k en conjunto nos hablan de la buskeda del zen, de nuestro yo interior, nuestro ser primitivo y puro, alejado d todo lo establecido y de todo lo condicionado, adquirido o apredido anteriormente... espero les guste y los exite :D

Este chabal... un tipo llamado Konkuan segun tengo entendido se dio a la tarea de reproducir 10 pinturas (notese que dije reproducir, osea k ya existian) k nos kuentan la historia de un pastorsillo en la buskeda del zen pero se dio kuenta de k a estas diez pinturas les faltaba algo y el se sentia inkonforme asi k a estas 10 las hizo 8 i les agrego 2 mas d su propia kosecha, inkonforme aun al mirar las diez pinturas desidio agregarles un poema a kada pintura, pero nada paresia ser suficiente para el :O el tipo este era insasiable n.n asi k akada poema le agrego un komentario un poko menos subjetivo k el poema puedo asegurar k Konkuan se sigio sintiendo insatisfecho pero eske el zen es algo tan infinito k es imposible de redaktarse o dibujarse. Bueno me dejo d mamadas y aki esta la primera imagen kon su respektivo poema y comentario ahi lo van interpretando komo se les inche un huevo y luego podemos abrir un debate x)



1. La Búsqueda el Toro.

Recorro interminablemente los pastos de este mundo en busca del toro. Atravieso innumerables ríos, perdido en impenetrables perfiles de distantes montañas. Fallece mi fortaleza y se agota mi vitalidad, no encuentro el toro. En la noche sólo oigo el chirriar de las cigarras a través del bosque.

Comentario:
El toro nunca se ha perdido. ¿ Qué necesidad hay de buscar? Sólo a causa de la separación de mi verdadera naturaleza, fracaso en encontrarlo. En la turbación de mis sentidos pierdo incluso mi camino. Lejos de mi hogar, veo muchas encrucijadas, pero desconozco el verdadero sendero que me lleve a mi casa. Me enzarzo entre la concupiscencia y el temor, la bondad y la maldad.