La idea de que el dinero es creado por los bancos de la nada debe ser matizada: en realidad el dinero se crea sobre la expectativa de beneficio que permite el nacimiento de cada ser humano.
Cuando se documenta la venida al mundo de un niño se está estableciendo
sobre él la condición de mercancía, de valor cotizable sobre el que el
Estado espera recibir una determinada cantidad de ingresos.
Todo el proceso se basa en el establecimiento de garantías para el Sistema. La
persona, en cambio, queda despojada de su condición de ser libre,
sujeto solo al derecho natural, para ser sometida al derecho mercantil.
Y esto ocurre de un modo tan sibilino que los progenitores del nuevo
esclavo arrojado a la explotación económica colaboran inconscientemente a
ello.
El Código Uniforme de Comercio (UCC), considerado la "Biblia del mundo de los negocios",
es el sistema que armoniza la legislación sobre transacciones
comerciales, en particular ventas, en todo Occidente. Su origen habría
que buscarlo en el "Derecho Romano", del que el "Derecho Canónico vaticano" es heredero directo. Por tanto, los reglamentos que establece están amparados por la Iglesia Católica Romana, algo que no hay que perder de vista para entender las complejas cuestiones que siguen.
La trampa empieza con la normalización del término "persona" para designar a los seres humanos, en la medida en que "persona" no son solo los hombres (si son pensados como tales), sino también entidades que son reconocidas jurídicamente como sujetos de derechos y deberes. Así, el diccionario de la RAE define el término "persona" como "Organización de personas o de personas y de bienes a la que el derecho reconoce capacidad unitaria para ser sujeto de derechos y obligaciones, como las corporaciones, asociaciones, sociedades y fundaciones".
De ahí la distinción básica entre persona física y persona jurídica, que nace de la filosofía del Derecho de la "escuela de Salamanca"
en el siglo XVI. No obstante, el tratamiento jurídico del término
deriva de su codificación legal en el mundo anglosajón, por lo que el
llamado "Black's Law Dictionary" es la referencia ineludible.
No olvidemos lo que la oruga espeta a Alicia en un inframundo tan retorcido como el que la Élite ha diseñado: "Las palabras significan lo que el que tiene el poder decide que signifiquen".
En origen el término "persona"
nace en el ámbito del teatro griego antiguo, en el que designaba la
máscara que cubría a los actores, a través de la cual su voz era
proyectada ("per-sonare"). En su origen, pues, hay ya un componente de fingimiento, de suplantación (del actor por el personaje que encarna). Cuando el término pasa al ámbito jurídico, el término viene a designar al sujeto de derechos ... y de deberes.
"Persona" va a ser el duplicado legal construido sobre el ser humano
genuino, reducido a la condición de "mercancía esclava" por la "cesión"
(en la demencial codificación que del parto hace la Ley) que la madre
realiza. Al "romper aguas", un ser humano es "botado" (nótese la
singular coincidencia entre el "inaugurar un barco" y el "expulsar,
arrojar, echar fuera" que viene a significar dicho verbo).
Por su asimilación con una embarcación, el neonato está, desde ese momento, sujeto a la Ley Marítima en términos de "cosa", de mera "materia" útil.
¿Por qué no se le aplica la Ley Terrestre? Porque la "tierra" es la
"madre", que al entregar por su mano al niño al personal del hospital
está haciendo inadvertidamente una renuncia de lo que a partir de ese
momento va a ser una propiedad pendiente de reclamación. El
certificado de nacimiento codifica la atribución de propiedad al estado,
al ceder los padres voluntariamente a su hijo en vez de reclamarlo.
Cuando un barco atraca en un muelle debe certificar su carga ante las
autoridades. Así, y de acuerdo con los protocolos establecidos por el Código Uniforme de Comercio, el capitán cumplimenta un "certificado de manifiesto"
que recoge el contenido de un buque, la carga, la tripulación y los
pasajeros. El certificado da cuenta de la identidad y el valor de los
elementos de la nave. Cuando las personas nacen, salen del agua de su
madre, deben tener, en aplicación de la Ley Marítima, un certificado de
nacimiento, que es un certificado de manifiesto, ya que las personas se
consideran un artículo propiedad de la corporación que es el Estado,
son un "recurso humano". "Recurso humano" significa "fuente de ingresos", sencillamente.
El nuevo esclavo es el depositario de una expectativa de beneficio que
revertirá sobre el Estado, garantizando el pago de la deuda de aquél. El
Estado, literalmente, empieza con ello a disponer de un dinero que aún
no existe, pero que detrae no de la riqueza presente, sino de la
estimada en el futuro. El certificado de nacimiento es un valor en bolsa sobre el cálculo de lo que el ser humano va a producir.
Desde que los EE.UU se declararon en quiebra en 1933, todo el dinero
nuevo ha de ser prestado a la existencia. Cada esclavo lo crea con su
firma, es un bono. En aquél momento, todos los estados comenzaron a emitir un número de serie, titulado "certificados de depósito"
para nacimientos y matrimonios con el fin de convertir a sus ciudadanos
en garantía contra los préstamos y bonos municipales contratados con
los bancos de la Reserva Federal. Esto simplemente significa que la capacidad del pueblo estadounidense y otros con el trabajo es pagar esa deuda. Con
el fin de catalogar a sus trabajadores, el gobierno necesitaba un
sistema eficiente y metódico rastreo de su propiedad para ese fin.
Los seres humanos de hoy en día son considerados simplemente como
recursos, "recursos humanos". Las personas son recursos del gobierno,
sus certificados de nacimiento son una garantía en la Bolsa de Nueva
York, por lo que todo certificado de nacimiento está impreso en papel de
seguridad, al igual que ocurre con los billetes de banco, bonos,
cheques y pagarés. En la parte inferior del documento siempre se
hará constar una serie de números, números rojos que son una clave de
seguridad que garantiza el valor de cambio de la mercancía identificada
(el "doble tú", la "persona jurídica") en la Bolsa de Valores Mundial.
De aquí nace otro concepto macabro, que es el de "daño colateral"
para designar la pérdida de vidas civiles en los conflictos
neo-coloniales de las últimas décadas. En realidad son daños que se
generan en la deuda del país.
La asignación de un valor monetario a los ciudadanos por parte del
gobierno nació en los Estados Unidos el 14 de julio de 1862, cuando el
presidente Lincoln ofreció un interés del 6 adicional en los bonos del
Tesoro a los estados que liberaron a sus esclavos sobre la base de cada
"cabeza" de ganado humano "liberada". No deja de ser paradójico que
el beneficio económico de la esclavitud abolida fuera compensando con
otro beneficio económico que a la larga iba a traer una nueva forma de
esclavitud para todo Occidente. Una vez que los bancos centrales son el
prestatario de los gobiernos, urgidos a gastar cada vez mayores
cantidades de dinero, solo la quiebra de los propietarios privados
garantiza la aportación de capital.
El gobierno trabaja contra los ciudadanos para facilitar que los
bancos en cuyas manos está, se conviertan en los propietarios de todos
los bienes en todos los países. Ese es el plan real, y de hecho se está materializando ante nuestros ojos.
¿Fe de nacimiento o registro de la garantía de pago que es todo ciudadano para el Estado?
El origen, ocurrido en los E.E.U.U., de todo este fraude es fácil de
reconstruir: al alentar al Congreso a gastar dinero que no tiene, el
Congreso tiene que asegurarse una aportación de ingresos que excede con
mucho lo que la recaudación directa de impuestos (otra imposición
ilegal) puede aportarle.
Y lo hace, entre otros recursos, mediante la conversión fraudulenta
de certificados de nacimiento. Los médicos, que son franquicias del
Estado, están obligados a firmar estos certificados. Los remitirán a
la Secretaría de Estado en Sacramento, desde donde se extienden
numerosas copias, siendo la más valiosa para el Gobierno la remitida al Departamento de Comercio en Washington, DC. El Departamento de Comercio de Washington creará nuevas copias certificadas y las enviará al Fondo Monetario Internacional en Bruselas, Bélgica.
Este sistema garantiza el préstamo de estas enormes sumas de dinero a
varios gobiernos de todo el mundo, incluido el Congreso de los Estados
Unidos. Y éstos utilizan como garantía estos certificados de nacimiento,
que son tratados como partidas de patrimonio neto que vencen en el 18
cumpleaños de la persona cuyo nombre aparece en el certificado. El
banco realiza un seguimiento de éstos y utiliza el número que cualquier
nación en particular tiene a su disposición, como garantía de la deuda
internacional, como "unidades de ejecución" de la deuda internacional.
Por lo tanto, los gobiernos están asegurando su deuda internacional haciéndola recaer en las personas y bienes de sus ciudadanos.
Técnicamente se está efectuando una conversión fraudulenta de la
partida de nacimiento porque nunca se informa a los inscriptores de lo
que se está haciendo en realidad, máxime cuando se presenta la
inscripción del recién nacido como una obligación, y faltar a ella
acarrea una cuantiosa multa ... una coacción en toda regla. Nunca te
dijeron que estaban obteniendo un gravamen sobre tu persona y haciéndote
responsable de una deuda con terceros. La coacción ejercida convierte
la participación ignorante del ciudadano en lo que el derecho define
como un "contrato inmoral".
El fraude conlleva la sustracción de la riqueza generada por el trabajo de los ciudadanos hacia manos privadas,
las de los bancos. Así, la bancarrota del Tesoro de los E.E.U.U.
proclamada por el Congreso posibilitó la transferencia de todas sus
reservas de oro a los bancos de la Reserva Federal, que no son agencias
del gobierno.
Antes de la creación de la Reserva Federal en 1913, y sus
prolongaciones, el FMi y el Banco Mundial, el sistema no era necesario.
Pero en 1921, el gobierno federal promulga la Ley de Maternidad, que
establece el registro de los nacimientos al crear lo que hoy conocemos
como el "certificado de nacimiento". Era conocida como la "Ley de Maternidad"
y fue vendida al pueblo estadounidense como una ley que reduciría la
mortalidad materna e infantil, protegería la salud de madres y bebés, y
serviría, además, para "otros fines". Uno de esos "otros" fines
previstos fue el establecimiento de una oficina federal destinada a
cooperar con las agencias estatales en la supervisión de sus operaciones
y los gastos. Lo que realmente hizo fue crear un registro de nacimiento
federal. Este gobierno, bajo la doctrina de "Parens Patriae", ahora legisla para los niños americanos como si fueran propiedad del gobierno federal.
A través del proceso de escolarización pública y de mantenimiento de licencias para la mayoría de los aspectos de la vida cotidiana, estos niños crecen para ser adultos adoctrinados en el proceso de pedir "permiso" del gobierno para el desarrollo de cada una de las actividades (comercio, matrimonio, etc.) que desarrollan en este supuesto "país libre".
Desde 1921 el pueblo estadounidense ha aceptado el registro de los
nacimientos y de los nombres de sus hijos con el gobierno del estado en
el que nacen, a pesar de que no existe una ley federal que lo requiera.
El estado presenta este trámite burocrático como prueba de que nacieron
en los Estados Unidos, lo que les convierte en ciudadanos. Igualmente,
asigna un número de seguro social a cada recién nacido.
El Estado alega un interés tan solícito en cada niño sujeto a su
jurisdicción que implica, si lo considera necesario, anular la patria
potestad y nombrar a un tutor (fiduciario) a los menores.
El niño es un activo valioso, que, con la formación adecuada, puede
aportar valiosos recursos proporcionados por su trabajo durante muchos
años.
El propio niño, cuando nace, es el activo del fideicomiso establecido
por el acta de nacimiento y su número de seguro social es la numeración
o inscripción de la confianza, que facilita el seguimiento de lo que ha
sido certificado como propiedad del Estado. Todos los que tienen un certificado de nacimiento se consideran activos de los Estados Unidos de América en quiebra.
El gobierno federal, y por extensión todos los gobiernos de los
países donde existe un banco central, quieren a los individuos
etiquetados y rastreados. El hacerlo contra sus propias leyes y
constituciones no es obstáculo para ellos.
En E.E.U.U. la exigencia de un documento nacional de identidad es inconstitucional. Tampoco existe jurisdicción federal para legislar sobre los diversos estados, puesto que las normas de la corporación ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA solo afectan al Distrito de Columbia. Ellos no tienen una legislación para ordenar que se tenga una tarjeta de identificación, tarjeta sanitaria, etc. Pero
saben que la gente es ignorante de la ley, y por lo tanto se permiten
allanar sus libertades mediante impuestos que ninguna ley obliga a pagar.
Para concluir, el certificado de nacimiento demuestra que usted es la
propiedad nacional de los bancos internacionales. El certificado de
nacimiento se convierte así en una forma de robo, el robo de la
verdadera identidad del niño, reducido a la condición de servidor del
Estado.
Al colocar un sello de aprobación nacional a un niño, el Estado niega
la libertad, los derechos y la dignidad inherente al ser humano.
Usted no necesita una prueba de haber nacido. Su respiración es suficiente prueba para estos hipócritas. Al requerir una licencia, el estado reclama el control total y la propiedad de su libertad y la propiedad.
Ahora pregúntese, ¿alguna vez, en toda su vida "ha firmado" su nombre en
MAYÚSCULAS? ¡Por supuesto que no! ¿Siempre ha utilizado tanto
mayúsculas y minúsculas para firmar su nombre? Sí. ¿Y por qué es eso?
Porque eso es lo que te han enseñado desde que eras niño. Debido a la
regla estándar de la Ley que regula el uso de la gramática inglesa, la
capitalización correcta de los nombres propios debe comenzar con una
letra mayúscula y el resto del nombre debe ser escrito en letras
mayúsculas pequeñas. En la Ley, esto permite a otros saber que son una
entidad creada por Dios, y no una entidad creada por el hombre. Ahora
bien, hay entidades creadas por el hombre, Corporaciones, por ejemplo. Las
empresas que se conoce como "personas jurídicas", creadas por el
gobierno. Se crean en un pedazo de papel y son traídas a la existencia
por el gobierno. Para diferenciar
entre los creados por la Naturaleza y los creados por el gobierno, los
nombres de estos últimos se escriben en mayúsculas.
Esto permite a otros saber que esta entidad no tiene cuerpo, alma y
espíritu, sino que se trata de una entidad ficticia creada con el
propósito de obtener una ganancia.
Ahora bien, si nos fijamos en una licencia, certificado de nacimiento o
tarjeta de identificación, vemos que el nombre que aparece en él ¡se escribe en letras mayúsculas!.
Esto significa que la entidad es un siervo del gobierno, una entidad
ficticia cuya existencia es meramente administrativa, y no real. La creación de ese ser fantasmal está reconocida en el mismo "Black's Law Dictionary" bajo la figura del "straw man" (u "hombre de paja"): "Un
tercero utilizado en algunas transacciones como cesionario temporal
para permitir a las partes algo que de otra forma no es permitido". Es decir, para permitir
la usurpación de los bienes y propiedades del ser humano real bajo la
figura de que aquel a quien se le expropian no es él, sino un "doble". "Hecha la ley, hecha la trampa", reza el refrán.
Es hora de responsabilizarnos de nuestra auténtica identidad en todos los aspectos,
ergo es indispensable conocer primero e integrar después, la demoledora
y contundente evidencia de una larga y complicada serie de hechos "ilegítimos", para convertidos en "legales", con alcance planetario. Los cuales han permitido el dominio y control de la ingenua, cómoda e ignorante Humanidad, la cual prefiere seguir confiando en que es libre porque ignora la manipulación de que ha sido objeto.
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