Los juguetes más peligrosos que puedes (o podías) comprar

Hoy mal vistos e incluso prohibidos, en el pasado fueron el deseo de todos los niños. En un intento por innovar o a veces por abaratar los costos de producción, en ocasiones los fabricantes de juguetes terminan desencadenando verdaderas tragedias. Conoce algunos de los juguetes más peligrosos que han salido al mercado en las últimas décadas.

Polvo letal.

Un kit llamado CSI Crime Lab, publicitado a partir de la popular serie policiaca, ofrecía a los pequeños la posibilidad de ponerse guantes y recolectar pruebas. En el año 2007, se descubrió que el polvo destinado a obtener huellas dactilares estaba contaminado en un 7% con asbesto, un porcentaje lo suficientemente alto como para provocar intoxicación y cáncer de pulmón. En el año 2010 el producto salió definitivamente del mercado.

Allahu Akbar.

En la década del 60, por unos US$ 6 era posible hacerse con un kit científico Gilbert Kaster. Con este producto, los niños no solo podían manipular metal fundido sino que también les permitía hacer experimentos con 56 diferentes compuestos químicos, entre ellos el uranio. Incluso les enseñaba cómo hacer bombas. Debido a los altos niveles de radiación que presentaba, lo sacaron de circulación.

Brujerías.

¿Le comprarías a una pequeña de dos años un juguete llamado Evil Stick? La “varita del mal” fue adquirida por una madre estadounidense que se llevó el susto de su vida al ver en el juguete el retrato de una mujer que se cortaba las venas. Al reclamarle a la tienda, le respondieron que Evil Stick era para niños mayores de 5 años… y entonces todo tuvo sentido ¿?.

Pequeña sorpresa.

Dile esto a ese amigo que acaba de irse a los Estados Unidos: allá, vender Kinder Sorpresa es contra la ley. En el año de 1997, la FDA, el organismo que se encarga de controlar los alimentos y medicamentos en los Estados Unidos, confiscó todos estos chocolates con juguetes dentro con el objetivo de evitar más muertes por asfixia. Si alguien es atrapado con uno de estos huevos de chocolate se le juzga como contrabandista y puede llegar a pagar una multa de hasta US$ 300.

Alucinados.

Los Aqua Dots vienen con pequeñas bolitas que, sumergidas en agua, se unen y forman figuras. En 2007, el pegamento del producto se fabricó con 1,4-Butanediol, una sustancia más económica que la usada originalmente. El problema es que, cuando es ingerido, este compuesto se convierte en la droga “buenas noches cenicienta”. La retirada del producto en el mercado terminó en un costo para la empresa de US$ 1.3 millones en indemnizaciones.

Depredador al acecho.

En el 2011, un grupo de especialistas en vida animal en conjunto con la policía local participaron, mediante vuelos en helicóptero con sensor térmico, en una operación de captura de un tigre en Inglaterra. Pero finalmente descubrieron que el supuesto felino no era más que un oso de peluche de tamaño real. El episodio no provocó ninguna tragedia, pero interrumpió un juego de cricket y suspendió momentáneamente el tráfico de una importante arteria vial.

Pequeña indigestión.

En el año 2007, la gigante de los juguetes Mattel anunció la retirada mundial de las muñecas Polly, en una campaña que le provocó un perjuicio por US$ 420 millones. Los modelos iban equipados con dos pequeños imanes aplicados en los vestidos, que servían para asegurarlos al cuerpo del juguete. Estas diminutas piezas en ocasiones se soltaban y los niños se las llevaban a la boca. El anuncio de su retirada fue hecho un año después de que tres niños se perforaran el intestino.

Obstrucción.

Aquellas cápsulas de gel que, al ser colocadas en agua, tomaban la forma de un animal eran todo un éxito en los 90. El problema sucedía cuando algún niño pensaba que el juguete era una golosina. Al ingerirlo, el gel crecía con los líquidos del cuerpo, obstruía el intestino y podía causar vómitos, deshidratación e incluso coma. En 2011 y 2012, nueve niños ingirieron este producto y dos terminaron muertos.

Dientes de acero.

Popular en la década de los 80, la muñeca Snacktime venía con una boca motorizada que le permitía morder piezas plásticas. Tal innovación no fue más que un enorme error. Muchos niños perdieron dedos y cabellos entre estas mandíbulas. Lo peor era que no tenía botón alguno para apagarla, y la muñeca solo dejaba de enredar y tirar el cabello cuando le retiraban las pilas. En 1997, salió definitivamente del mercado.

Luz mortal.

Los punteros láser parecen inofensivos pero, tan solo en 2011, impidieron al menos 250 vuelos en Brasil. El láser verde es muy potente – puede alcanzar la cabina de un avión a 400 m de altura. Además de interferir con la visión de los pilotos, el juguetito provoca desde hinchazón en la córnea hasta lesiones permanentes en la retina.

Cometas peligrosos.

En Vietnam, más precisamente en Ho Chi Minh, un niño de 5 años se enredó en una cometa gigante y fue arrastrado y elevado a una altura de 20 metros antes de caer a una terrible muerte. La tragedia fue registrada por las cámaras de las personas que estaban presentes en el lugar (advertencia: las imágenes pueden resultar fuertes para algunas personas)

Misil hecho en casa.

A finales de los años 90, la empresa Spin Master lanzó al mercado un cohete de juguete, con un mecanismo de agua a presión que posibilitaba el despegue. Pero era un sistema demasiado peligroso y agresivo, que terminó hiriendo a por los menos 37 niños. El producto sería retirado de las tiendas poco después de saberse la noticia.

Vuelo de la muerte.

En el 2013, un joven en Nueva York fue decapitado por su propio helicóptero de juguete, en un parque de aeromodelismo de la ciudad. Las hélices se impactaron contra su cabeza después que perdió el control del dispositivo en una maniobra a aproximadamente 50 km/h.

El peluche antiecológico.

Un clásico de la década de los 60 y estrella reciente de una película, el osito Paddington provocó la muerte de dos mil quinientas truchas en una granja en Milford, Estados Unidos. El Departamento de Caza y Pesca dijo que el juguete cayó en un criadero de peces obstruyendo el sistema de drenaje, causando una asfixia en masa.