El mestizaje entre asiáticos y caucásicos aún no es muy común y llama la atención, y Amie Lynn
es una buena prueba de ello. Esta cosplayer nacida en Arizona tiene
rasgos asiáticos y europeos que le confieren una belleza singular que
sin duda no pasa desapercibida. Su amor por los videojuegos empezó desde
bien pequeña aunque cuajó, según ella misma cuenta, jugando a Metal Gear Solid.
Su familia estaba delante del televisor tratando de superar el
enfrentamiento con Grey Fox mientras se pasaban el mando entre ellos.
Después de que fallaran todos los demás, le llegó su turno: con una
buena táctica en la cabeza lo logró y a partir de entonces nació una
jugona. En esto del cosplay la introdujo una amiga casi por casualidad y
ya se ha convertido casi en un estilo de vida. Bueno, no os aburrimos
más, podéis descubrir más sobre su vida en su página web.
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