Esta “relación digital”, especialmente aplicada a la mano derecha, es un indicador básico de la sexualidad, agresividad y enfermedades que padecen los hombres.
Existen evidencias de una conexión entre la relación “2D:4D” y la probabilidad de que un hombre desarrolle cáncer de próstata, por ejemplo. Especialmente, aquellos hombres cuyos dedos índices son más largos que sus dedos anulares, son más propensos a desarrollar el padecimiento, según los científicos del Instituto de Investigación del Cáncer, en Inglaterra. Un dedo índice largo también está ligado fuertemente con un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares a una edad temprana y, en las mujeres, con un riesgo mayor de cáncer de mama y una mayor fertilidad.
Pero observar la diferencia entre los dedos no simplemente se trata de ver la mano y comparar la posición de las puntas. Se hace necesario medir la distancia entre el punto medio del pliegue menor en la base del dedo, en la parte de la palma, hasta la yema.
Mientras que un dedo índice largo se considera más femenino – los hombres que los poseen tienes más propensión a ser homosexuales –, un dedo índice corto en relación con el dedo anular indica una mano más masculina. Eso está relacionado con la fertilidad y un conteo más alto de espermatozoides masculinos, mayores niveles de agresión y aumento de la aptitud para los deportes y la música.
Lo extraordinario es que estas afirmaciones están sustentadas en evidencia científica seria. Hace mucho tiempo, aproximadamente hacia finales del siglo XVIII, las personas notaron que una proporción mayor de hombres tiene dedos índice más cortos que las mujeres. Pero no fue sino hasta la década de 1980 que los científicos comenzaron a cuestionarse si la relación entre los dedos podría estar vinculada a algo más que simplemente el género.
Lo que se descubrió después de esto fue que más de 100 rasgos psicológicos y las propensiones a varias enfermedades tienen que ver con esta relación. Los estudios muestran que los hombres con dedos anulares mayores son más atractivos. De la misma forma, aquellos con una relación menor, que poseen un dedo anular mayor que el índice, tienden a tener penes más grandes.
¿Pero, cuál es el significado de todo esto? ¿Realmente puede el tamaño de los dedos determinar nuestro comportamiento, características de nuestros cuerpos y las predisposiciones a varias enfermedades? La verdad es que no son los dedos los únicos que hacen la diferencia en estos efectos profundos y dramáticos.
Según el Dr John Manning, un biólogo del desarrollo que ha venido analizando la relación entre los dedos desde hace más de dos décadas, esta sutil diferencia en el largo de los dedos está relacionada a la exposición a hormonas sexuales dentro del útero cuando todavía somos pequeños fetos, especialmente la testosterona, la popular “hormona masculina”.
Resumiendo, mientras más testosterona esté presente, hay una mayor probabilidad de tener una mano más “masculina”, es decir, con un dedo índice relativamente corto. Y es esta exposición a la testosterona en el útero la que produce efectos muy profundos en nuestro comportamiento y la vulnerabilidad a las enfermedades.
Los estudios descubrieron que los fetos que fueron expuestos a una elevada cantidad de testosterona – y tienen dedos índices más cortos – tienden a asociarse con una personalidad extrovertida, disposición a asumir riesgos, mayores niveles de agresión, músculos más fuertes y, curiosamente – toda vez que la capacidad musical no es asociada particularmente como algo “masculino”–, una probabilidad mayor de tocar un instrumento realmente bien.
Obviamente que no existe una regla, pero las personas de ambos sexos con dedos índices relativamente cortos tienden a ser más abiertos en el aspecto de la sexualidad, más propensos a experimentar con drogas, disfrutan de las películas violentas y se vuelven alcohólicos con mucha mayor facilidad.
Las personas con dedos índices cortos también resultan mejores soldados, ingenieros, especuladores y jugadores de ajedrez, y resultan mejores en la resolución de problemas, como los crucigramas. También están más predispuestos a ser zurdos.
El misterio es por qué esa relación entre los niveles de testosterona en el útero y el largo de los dedos evolucionó de tal forma.
Lo que el profesor Mannig y otros han notado es que puede existir un elemento de “selección sexual” que también tiene lugar en las manos. Las mujeres muchas veces suelen comentar sobre las manos “masculinas” y Manning especula que esa puede ser una evaluación subconsciente de la relación entre los dedos.
Podría ser, según Manning, que un dedo índice largo en los hombres evolucionó por razones puramente funcionales. Muchos antropólogos evolutivos han especulado que, aunada a nuestra capacidad de manipular el fuego, una de las razones por las que los seres humanos se volvieron animales tan exitosos fue nuestra capacidad de proyectar nuestra fuerza a partir de una distancia empleando armas como la lanza, la honda y el arco.
Los científicos descubrieron que un anular más largo puede ayudar a aumentar la precisión al lanzar objetos. Y los hombres que podían acertar a grandes distancias podían matar a más animales, comer mejor y, en consecuencia, eran mejores compañeros, garantizando que la relación entre el dedo anular largo y la masculinidad fuera remarcada. Daily Mail, Live Science
Ya pueden ir a medirse los dedos.
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